Coincidía en ese día también que una servidora estrenaba por vez primera esas cosas metálicas, aparatosas y afiladas que se colocan en las botas llamadas crampones, que para mi sorpresa, resultaron ser más cómodos de los esperado, y sobre todo, una se da cuenta del porqué de tener que llevar cargando en la mochila esa cosa tan pesada y abultada.
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